Wednesday 1 April 2015

Pongamos que las cosas no pasan porque sí

Pongamos que una ama de casa en la Alemania nazi negándose a comprar en una tienda de judíos no fuese un hecho casual, sino una consecuencia de las políticas antisemíticas de sus mandatarios.

Pongamos que el juez Bermúdez refiriéndose a ciertos implicados en el macrojuicio del 11M como “los moritos” no estuviera haciendo un inocente uso de una forma de hablar sin connotación xenófoba; sino que estuviese cometiendo una flagrante falta de respeto hacia los individuos a los que hacía referencia y hacia las personas que pagan su sueldo, entre las cuales se cuentan muchos “moritos”, como consecuencia de eso tan hispanamente institucionalizado del “pero venga hombre, si no pasa nada”. 

Pongamos que referirse a los inmigrantes latinoamericanos y pakistaníes como panchitos o machupichus, y pakis, (d/r)espectivamente, no fuera simplemente acogerse al uso de un gentilicio tan común como arbitrario, sino la consecuencia de la concepción de que ese acto degradante es simplemente una forma graciosa de referirnos a algunos de nuestros conciudadanos.

Pongamos que enviar una circular a los empleados de seguridad de una empresa pública para que presten especial atención a los usuarios que potencialmente pueden ser identificados como gays no fuese un desafortunado hecho aislado; sino la consecuencia de una realidad cotidiana, que al ser ignorada afianza, por omisión, el triste panorama de lo que pudo ser, y ya no es, la capital gay de Europa.

Pongamos que las cosas no pasan porque sí. Pongamos que hablo del metro de Madrid, ¿estamos?

Thursday 12 February 2015

La familia normal o cómo dejar de ser persona.

Una noche furtiva y londinense de hace unos meses, salí con propósitos únicamente carnales y conocí a un chico portugués. Fernando es un hombre que casi acaricia la treintena, cocinero, guapo, de porte viril y de hombro ancho como el larguero de las porterías de ese fútbol del que él es tan forofo. Él es objetivamente sexy, lo mires desde donde lo mires siempre es sexy. Parafraseando a la chamana diría que es un hombre lindo, de zapote prieto, de pezón erecto, con ojos de obsidiana, a quien la luna le pinta el cuerpo con deseos nuevos, y que, en las madrugadas, se moja los muslos con el agua mansa de los arroyuelos. Fernando es uno de ésos que se presenta como heterosexual ambiguo y tocón, pero que cuando llega a la intimidad del catre se descubre como irremediablemente gay. Ese aparente gallo de peleas que en realidad es cojo y no es pollo sino palomo. Vaya, irresistible; qué le vamos a hacer, yo me tenía que perder y me he perdido contigo. Los detalles de lo que ocurrió aquella noche, bajo, entre y sobre el estampado de mis sábanas, quedaron guardados en los cajones secretos del chifonier de mis recuerdos; pero hubo algo que pasó que sí me apetece contar, porque me dio mucho que pensar.

Thursday 22 January 2015

La identidad de las arañas

Si tomamos como verdad absoluta el que no haya dos seres humanos iguales, irremediablemente concluimos que también es una verdad absoluta el hecho de que todos somos distintos: distintos son los hombres de las mujeres; distintas son las personas de habla hispana de las de habla inglesa; distintas son las mujeres y los hombres, de las personas que han sido identificadas como individuos con el sexo indefinido; distintos son, entre ellos, los individuos de habla hispana, porque uno se llama José María y otro María José; distintas son, entre ellas, las personas con el sexo indefinido, porque una se llama Laura y otra se llama Octavio; y distintos son, entre ellos, los que responden al nombre de José María, porque uno nació en Cuzcurrita de Río Tirón y otro en Tegucigalpa.

Basándos en las subjetivas diferencias que distinguen a todo ser humano construimos el concepto de la identidad, el cual refleja la necesidad que tenemos de saber qué nos diferencia a unos y a otros, para así identificarnos a nosotros mismos y a los demás. Vaya, que si todos nos llamásemos Octavio nuestro nombre dejaría de ser una seña de identidad, igual que no lo es el tener una sola cabeza o dos orejas. 

La identidad es algo tan complejo como el árbol genealógico de Carlos II el Hechizado. El bueno de Carlos -que era más feo que los pies de E.T.- era hijo de su propia prima. Tan particular coyuntura le procuró la cualidad de ser, a la vez, tío y sobrino en segundo grado de sí mismo, nieto en segundo grado de su padre, sobrino de su abuela y nieto de su tía; angelico. Debido a la endogamia de sus ancestros, porque para más inri los progenitores de su madre eran primos entre sí, las capacidades cognitivas de Carlos II eran notablemente pobres, de ahí lo de “el Hechizado”. Aun así, el componente monárquico de su identidad tenía un peso tan relevante, que sus escasos recursos cognitivos no eclipsaron totalmente la forma en la que él era percibido; pues a pesar de todo seguía siendo el rey. Ahora, supongamos que por ejemplo Carlos II se hubiese perdido de chiquillo en una cacería; porque realmente era más tonto que Abundio, el que hizo una carrera solo y quedó segundo. Supongamos también que después de haberse perdido lo hubiera encontrado alguien perteneciente a un estamento social bajo. Y supongamos, por último, que éste lo hubiera criado en un ambiente rural. Lo más probable es que el rey hechizado hubiera pasado a ser el tonto del pueblo; ya que en ese contexto sus capacidades cognitivas habrían sido el componente dominante de su identidad.

Friday 9 January 2015

Charlie y la fábrica de fundamentalistas

-¡Hostia puta! ¡Mari! ¿Has visto lo que ha pasado?

-¿Qué dices, Paco?

-¡Lo que ha pasado, Mari, en París!

-¿Qué dices de París?

-¡En la tele, que se ha liado pardísima en París!

-Mira, Paco, no sé qué coño me dices. Espérate a que termine con las cocretas, le dé la papilla a la nena, le limpie el culo a tu madre y ya me cuentas si eso.

-¡No, Mari, que es muy gore! ¡Unos moros hijos de puta se han cargado a no sé cuantos dibujantes de una revista rollo “El Jueves” en Francia!

-¿Qué dices? ¡Oi, oi, oi! Mira que yo ya lo digo desde hace tiempo, ¿eh, Paco? Que el Hassan, el novio de tu hermana, es muy buena gente, pero estos moros radicales son unos hijos de puta ¡Oi, oi, oi!

-¡Mari! Pero qué a saco, ¿no? ¡Mira, mira! ¡Se ve como le pegan un tiro y todo! ¡Pero qué hijos de puta!

-¡Oi, oi, oi! ¿Y dices que son de una revista?

-Sí, rollo “El Jueves” pero en Francia. Que dicen que ya hacía tiempo que los tenían amenazados. Se han presentado ahí, han buscado a los que más pintan y les han dado pal pelo.

-¡Oi, oi, oi! Si es que yo ya no sé, ¿eh?

-Se ve que habían sacado unas caricaturas del Mahoma ese y los otros se pusieron a parir. Y mira cómo ha terminado todo.

-¡Pero bueno! ¡Si es que ya no se puede decir nada! ¡Oi, oi, oi!

-¡Qué hijos de puta!

Wednesday 26 November 2014

Yo no tengo ningún problema con los gays

Hace unas semanas, estaba en un bar con un amigo y me lo dijeron, otra vez. Hacía ya un tiempo que no me ocurría y me sorprendió que me pasara en el Soho, el barrio tradicionalmente más gay de Londres. Si me lo hubiesen dicho en España me hubiera sentado de la misma forma, me duele, pero no me hubiese extrañado. Ya sé, quizá soy muy naíf, pero que me lo dijeran en el Soho me sorprendió.

Estábamos echando una cerveza en la terraza interior de un bar, no había nadie más, hasta que salió a fumarse un cigarro un señor de ésos que no sabes si tienen cuarenta y pocos muy cascados o cincuenta y tantos con ricura. El tipo iba claramente borracho y no tardó ni un minuto en empezar a hablarnos; resoplas, miras a las nubes, sabes que te toca aguantarle la perorata al tajarini de turno. Nada nuevo, a ver por dónde sale. Nos contaba que él era de Inglaterra pero que vivía en Canadá, que había venido por negocios y que trabajaba en la industria de las apuestas online; muy interesante, genial, maravilloso, discreto intercambio de miradas de resignación con mi amigo, de ésas de subir las cejas. Decía que se había intentado hospedar en el W Hotel, pero que al final no se había quedado porque lo habían tratado como si él no pudiera pagarse una habitación ahí; muy interesante, genial, maravilloso. Luego se puso a hablar del precio de las copas en el W Hotel de Barcelona y de las noches que había pasado allí. Muy interesante, genial, maravilloso, otro intercambio de miradas de resignación; pero éste sin discreción, dejando las cejas subidas más rato para ver si el paposo lo pillaba. El cigarro parecía interminable. Apuró la colilla, la tiró al suelo y se me iluminaron los ojos; “tira para dentro, plasta”. No tardó ni medio minuto en encenderse otro; resoplido, mirada al cielo, “¿por qué a mí?”. En un momento dado se calló, se nos quedó mirando e hizo ademán de dar un paso atrás. Por un segundo creí que se había dado cuenta de que no nos importaba un cojón lo que nos estaba contando; pero no era eso, había caído, éramos maricones y nos lo preguntó.

- Yes Sir, we are gay.

 - I don’t have any problem with that.

Friday 26 September 2014

La Satánica Trinidad

Ayer leí una carta abierta en contra del aborto que ha publicado la persona Juan Antonio Reig Pla y que ha tenido a bien titular: “LLAMAR A LAS COSAS POR SU NOMBRE”.

La persona Juan Antonio Reig Pla es un hechicero de alto rango del culto mayoritario en España y, entre muchas otras cosas, está convencido de que hace unos dos mil años, antes de que existieran las técnicas in-vitro, una señora se quedó embarazada sin copular. También piensa que el hijo de ese embarazo, que fue un buen hombre con ideas bastante hippies, podía andar sobre el agua, además, dice que éste, amén de hombre, era también una paloma y un ser incorpóreo. Defiende que el ente incorpóreo, aun siendo lo mismo que ese hombre, era también su padre; y que la paloma, a pesar de ser también el ente incorpóreo y su hijo, fue la que dejó embarazada a su madre sin eyacular dentro de ella. Lo que nunca quedó claro fue si la paloma era macho o hembra. A esta analogía pajimentalera la llama la santísima trinidad y pobre del que lo cuestione; lo escribieron los evangelistas -que yo pondría la mano en el fuego que son antepasados de Iker Jiménez-, y lo que dijeron los evangelistas va a misa.

Thursday 18 September 2014

La Condesa consorte

La Condesa consorte de Sobornos ordena a sus lacayos estacionar su carruaje en la muy madrileña Plaza de Callao, pues su merced debe de recoger de su amigo el Duque de Botín los sobres de 500 pesetas, en billetes de 25 y 50, con los que muestra su discreto aprecio a los que discretamente le brindan discretos favores. Cuando sale del palacete del Duque de Botín, ve a un sereno blandiendo un chuzo mientras parece que discute con Ignacito, su más fiel lacayo. La Condesa consorte acelera el paso y, con tanta elegancia como mala leche calza, tira con una mano de la falda para no tropezarse, mientras con la otra evita que se desplace un solo milímetro su sombrero Poke que compró en Lock’s en su último viaje a Londres.

El sereno, chuzo en mano, se queja de que el carruaje de la condesa consorte entorpece la circulación.

-¡Qué circulación! ¡Si han sido apenas dos minutos! ¿Usted sabe quién soy yo? ¡Claro que sabe quien soy!- le atiza la Condesa consorte.

-Señora Condesa consorte de Sobornos, discúlpeme su merced, pero tengo órdenes expresas, de un compañero policía, de no dejar estacionar a ningún vehículo en esta parte de la plaza.

-Mi carretela no es ningún vehículo, mi bienquerido don nadie.

-Le ruego que vuestra merced disculpe mi disconformidad con su percepción, pero su carretela sí es un vehículo y debido a su infracción me temo que voy a tener que proceder a tomar sus datos para que la policía la sancione, como es de ley.